Llegaba la hora, el balón empezaba a rodar por el césped del Soccer City. La selección española afrontó con valentía la cita más importante de su historia. Miro a los holandeses a la cara y asumió su papel de favorita de forma encomiable. No había instante para la especulación porque solo se conocía una forma para alcanzar el triunfo.
Fuimos acumulando ocasiones al mismo ritmo que la tensión se disparaba y las pulsaciones se aceleraban; nuestro corazón estaba a punto de explotar. Mientras, Holanda mostraba su cara más fiera y hacía añicos su leyenda en busca de un triunfo, que por suerte nunca llegó. Que injusto hubiese sido...
120 minutos para soñar con la eternidad. El final, que se acercaba, no llegaba nunca. Ante tal agobio, hasta los penaltis se antojaban preferibles. Diez disparos y todo habría acabado.
Pero Iniesta tenía otro final pensado, iba a conquistar el mundo. A pesar de haber visto esta jugada mil veces, es difícil explicar las emociones que nos produce. Jesús Navas inicia la carrera, Iniesta de tacón, Cesc, Navas de nuevo, Torres, rechace en la frontal, pase de Cesc y... Don Andrés Iniesta decide hacernos campeones del mundo.
El gol de Iniesta, la parada del 'santo' a Robben... todo está dicho, sin embargo, no podemos dejar de hablar de aquel día. ¡España era campeona del mundo!
Minutos después, la selección comenzo a subir las escaleras que la conducían al palco y desde allí al cielo. Contemple ese momento dispuesto a guardar cada detalle en mi memoria. La imagen es imborrable. Todo el equipo reunido en torno a su capitán y Blatter improvisa para alcanzar a Casillas, que ya se ha encaramado en la valla de cristal. Después, la foto eterna: la Copa del Mundo acariciando el cielo africano.
Todos recordamos detalles concretos, la patada de De Jong, el arbitraje de Webb, el gol, obviamente, el beso de Iker a Sara..., pero al margen de las historias particulares hay una historia general que obtuvo hace un año su culminación. Es la historia del fútbol de España, premiado con el título Europeo de Viena y después con el Mundial sudafricano. Tenemos delante la confirmación de un estilo que engrandece este deporte permanentemente amenazado por especuladores y cerrajeros.
España ha demostrado que jugar bien es el camino más corto para ganar.
es un orgullo tener una seleccion asi que haga unirse a todos los españoles, ojala no se rompa esa union y sigamos disfrutando de titulos españoles
ResponderEliminarun saludo