Esta Copa América se ha destapado como la rebelión de los modestos. Y ahí, Venezuela es la gran sensación. La 'Vinotinto' ganó a Ecuador merecidamente gracias a un golazo de César 'El Maestrico' González y se situó líder del grupo B a falta de una jornada. Mucho se tienen que torcer las cosas para que Venezuela no esté en cuartos de final. Para ver a Ecuador, hará falta un milagro.
Sin Antonio Valencia todo el peso ofensivo de Ecuador recaía en Felipe Caicedo y Benítez. Venezuela entró en el partido mejor que Ecuador. Suyo fue el dominio territorial y la personalidad sobre el terreno de juego en los compases iniciales. Las llegadas no eran muchas, pero se jugaba cerca de la meta de Elizaga, que antes de los diez minutos hizo una excelente parada a un potente tiro de Cichero.
Pasado el cuarto de hora y tras un ataque en el que Benítez no estuvo acertado, las fuerzas se equilibraron y el partido tuvo las alternativas que le habían faltado hasta entonces. Sin embargo, Venezuela retomó el control del encuentro hasta que se produjeron un par de ocasiones, tímidas todas ellas, ante cada portería, sin que ningún equipo se animara a buscar con claridad la victoria.
La segunda mitad arrancó sin intensidad y sin emoción. Dio la impresión de que uno y otro equipo tenían como objetivo fundamental no recibir un gol. Quizá Venezuela jugaba más cerca de la portería del rival que Ecuador, pero no había peligro. Lo mismo ocurría con los contados contragolpes de los ecuatorianos.
Cuando el choque entró en la fase decisiva, Venezuela mostró más ambición. Combinaba bien pero se atascaba en las cercanías del área. Entonces, apareció César González. El 'Maestrico' soltó un precioso derechazo con el exterior del pie que acabó en la meta de Elizaga. El meta ecuatoriano sólo pudo acompañar el balón con la mirada y la boca abierta, asombrado como el resto de presentes.
Ecuador no reaccionó de inmediato. Tardó un poco en buscar el empate y cuando tuvo la oportunidad, Caicedo la malogró con un mal remate tras una excelente acción individual, a la que siguió otra opción de Benítez que neutralizó Renny Vega.
A partir de entonces, el dominio pasó a ser de Ecuador, un equipo que trató de resolver con urgencias lo que no intentó hacer hasta que recibió el gol. Enfrente, Venezuela se replegó con la doble intención de mantener la ventaja, pero también de cerrar el partido a la contra.
Al final 1 - 0 y Venezuela está virtualmente en la siguiente fase. Y no es pura casualidad, lo hace con una apuesta atractiva, tratando bien el balón y apostando por un fútbol técnico sin conservadurismos. En el lado opuesto, Ecuador, un combinado que siempre promete mucho pero que pocas veces cumple. Anárquico, individualista, irrespetuoso en el colectivo y sin una cohesión visible. Parecen un grupo de amigos que se han juntado después de mucho tiempo sin verse para jugar una 'pachanga'.
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